Todos hemos oído ya el concepto de “nueva normalidad”. Cuando la pandemia haya pasado su etapa más grave y podamos volver a hacer la vida normal. ¿”Normal”? Bueno, muchas cosas no serán normales igual como eran antes. Tenemos que acostumbrarnos a que en adelante lo normal significa precauciones, nuevas formas de hacer, nuevos actos que tendrán que pasar a ser parte de nuestra rutina. Eso será sobre todo una exigencia en aquellas actividades donde hay más de 10 o más de 50 personas juntas, como son los colegios y las clases.
A propósito de los protocolos aplicados en otros países y de información aparecida en medios extranjeros que estamos analizando y comparando en el Comité Corporativo de Regreso al Aula de los Colegios Mayor (https://webpe.colegiomayor.cl/?p=16996 ), hemos visto varias prácticas para los apoderados, docentes y estudiantes que creemos que pueden ser interesantes de conocer, sobre todo, para que nos hagamos una idea de lo que será en el futuro la vida de las niñas y niños en las salas de clases.
• Las aulas: No más de 15 estudiantes:
Uno de los aspectos más consensuados en este retorno a clases en países de Asia y de la Unión Europea es la limitación del número de alumnos que hay en una sala. Oscila entre 10 y 15. Para poder hacer clases con esta limitación de espacio, los colegios han habilitado gimnasios, auditorios y bibliotecas. La mayoría de ellos, además, no alcanza a cubrir por esta vía la totalidad de sus alumnos, así es que estos van alternando: unos días de la semana tiene clases presenciales un grupo, otros días el grupo B. La distancia entre unos y otros bancos oscila entre un metro, en Uruguay, y 1.5 o 1,8 en la mayor parte de Europa y Asia.
• Termómetro antes de ir a clases:
Cada mañana lo primero que deben hacer las familias, antes de salir rumbo a sus trabajos y al colegio, es tomarse la temperatura. Será un nuevo hábito. Son varios los países que exigen que la familia envíe un registro de la temperatura de sus hijos al colegio previamente en la mañana -vía wasap o en la web- para acreditar que al momento de salir de casa el niño está aparentemente sano, al menos desde ese punto de vista.
• Las mochilas con lo mínimo en Francia:
En Francia se terminaron las idas y vueltas a casa con estudiantes arrastrando mochilas llenas de libros y útiles. El ministerio de Salud francés aconseja que el material escolar y los juguetes no salgan del colegio hacia los hogares y que desde los hogares se lleve el mínimo de cosas posible. Así se evita la circulación de objetos que pudieran estar contaminados con coronavirus. Eso significa que no hay traslado de bolsos con ropa de deporte, ni auriculares, ni estuches. Sólo lo puesto.
• Nuevos rituales de entrada y de salida del colegio:
Como lo que hay que evitar es la aglomeración de personas, la entrada a los colegios en muchos países que volvieron a clases es escalonada. Un curso a las 8 am, otro a las 8:20 y así. De este modo, no se aglutinan más de 50 personas entre padres e hijos y se puede guardar la distancia preventiva de un metro. Los niños entran con sus mascarillas y/o viseras ya puestas, salvo en China, donde deben cambiarse y botar la mascarilla que traen desde la casa o la calle. Los cursos también salen por turnos. En muchos lugares que no son tan amplios, hay vallas, precintados como en las filas de las sucursales de banco, o pintados en el suelo para ir guiando el trayecto de entrada y salida y evitar los desbandes y marcar siempre el metro de distancia entre los niños.
• Más precauciones antes de entrar a la sala:
En China, los estudiantes deben desinfectarse los zapatos antes de entrar al recinto escolar. En casi todos los países han implementado normas para volver a controlar la temperatura corporal: en las puertas de los colegios se instala un sensor masivo de temperatura (tipo portal) o un profesor va monitoreando manualmente a cada niño que ingresa. Una vez dentro del colegio, pero antes de entrar a la sala, los niños en España se lavan las manos en el baño y luego son rociados con los geles hidroalcohólicos repartidos por diferentes espacios del centro.
• La mascarilla: algunos países sí, otros no:
En algunas comunidades autónomas en España obligan al uso de la mascarilla dentro de la sala para alumnos y también para profesores. En otras, como Galicia, se estima que una vez que los alumnos se han sentado y están a dos metros de distancia en las salas, no son necesarias. En Alemania, los 16 estados federados consensuaron un reinicio escalonado de clases, manteniendo la distancia de 1,5 metro y donde el uso de mascarilla no es obligatorio dentro de la sala, pero sí en lugares de tránsito como los pasillos o baño. En Italia es obligatoria para todos, menos para los preescolares. Bélgica, en cambio, no obliga a la protección de mascarilla entre los estudiantes, pero sí enfatizan el uso de mascarilla y visera para los profesores.
• Cuidado con los objetos compartidos
Muchos colegios tienen proyectos educativos que implican que los estudiantes trabajen en equipos grupales en mesas compartidas. Ahora, en Europa, forzosamente, las mesas serán individuales y se situarán a metro y medio o dos metros de distancia. Se aconseja no compartir el material escolar (como bolígrafos y tizas) y, si se hace, desinfectarlo antes de tocarlo (como el borrador). En el aula solo debe haber los objetos imprescindibles, indica el protocolo francés. Corea obliga a los alumnos a saludarse con los codos. En China, los niños más pequeños usan sombreros con largas alitas que no deben tocarse. El largo de las alitas es la distancia social requerida.
• Sin pelota, sin juntarse mucho, así serán los recreos post pandemia:
Hay coincidencia en todos los países que vienen de vuelta implementando clases presenciales en cuanto a que, entre estar encerrados en un aula y el patio, mejor el aire libre. Pero hay que implementar protocolos también para el recreo: se organizarán turnos de pequeños grupos para salir a jugar, privilegiando que sean alumnos de un mismo curso, para mantener los grupos controlados. Además, se mantiene la norma de distancia interpersonal de metro y medio o dos metros. No se puede jugar a la pelota o con otros implementos que puedan ser tocados por muchos niños. Tampoco puede haber juegos que signifiquen contacto físico estrecho y faciliten el contagio. Finalizado el recreo, los alumnos tendrán que lavarse las manos y rociarlas con gel antes de acceder de nuevo a las aulas. Dinamarca, en cambio, ha organizado a los estudiantes en grupos de a seis que se mantienen unidos durante el tiempo que están en la sala y luego los mismos seis salen al patio. Así se asegura la socialización de los niños, se les permite tener juguetes compartidos, y se desinfecta todo lo que hayan usado los seis del grupo. Así es más sencillo aislar a un grupo determinado si hay un contagio.
• ¿Y Educación Física?
En cuanto a la actividad física y gimnasia, Francia ha sido muy clara: solo actividad de baja intensidad y una distancia física de, al menos, cinco metros cuando se haga caminando y de 10 cuando implique correr. Si se utiliza algún material, deberá hacerse de forma individual.
• Distancia y precauciones en el Casino
Uno de los espacios y dinámicas donde ha habido cambios drásticos son los casinos. Aunque el coronavirus no se transmite a través de los alimentos, estos tendrán que desinfectarse como cualquier otra superficie. En caso de que haya autoservicio, deberá haber mamparas de protección. La comida deberá estar servida antes de que los niños entren en el comedor y se acerquen a recoger sus platos. Para los que llevan almuerzo desde la casa, desaparecen los microondas (la manilla del microondas se considera un punto crítico de transmisión, dice el protocolo de Francia). Las bandejas y el comedor deben ser desinfectados y limpiados después de cada turno de comida y la estancia debe ser ventilada.
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