Durante el segundo trimestre el trabajo de las habilidades del siglo XXI ha estado enfocado en las áreas de Comunicación y Colaboración. Estas dos habilidades que son transversales al currículum como también al espacio de la Ruta del Aprendizaje, han sido un hermoso desafío y oportunidad para docentes y estudiantes, considerando las actuales condiciones y obstáculos con los que nos encontramos producto de la Pandemia del Covid-19.
La Comunicación –que en nuestro PEI la relevamos, entre otras dimensiones que ella entraña, por “el intercambio efectivo de pensamientos y sentimientos, la interacción con otros y la utilización productiva y crítica de los medios digitales y de comunicación de masas […]”-, ha sido una herramienta fundamental para contactarnos en la distancia en esta nueva era educativa, erigiéndose como una habilidad que cada vez ha debido versatilizarse más, siendo imprescindible para el encuentro y logro del aprendizaje de nuestros alumnos como también de los educadores, quienes han debido adecuarse a una realidad que ha transitado desde lo presencial, a lo online a la actual modalidad híbrida, situación que ha implicado un gran reto para alcanzar los objetivos proyectados en nuestra educación.
En este contexto y por otra parte, la Colaboración, una de las habilidades guías de nuestro Proyecto Educativo, ha debido sortear la imposibilidad del encuentro presencial entre los estudiantes, trasladándose al espacio del hogar en el que se pone en juego el trabajo colaborativo para coordinarse hacia un objetivo compartido, donde cada parte interviene aportando con su trabajo o deber, aprovechando las múltiples oportunidades que ofrecen las TIC, para finalmente sacar adelante esa tarea en común, como en el caso de los cursos que se encuentran desarrollando ABP(Aprendizaje Basado en Proyectos).
Es así, que la alianza Familia – Colegio, especialmente en los niveles de los más pequeños, ha cobrado una relevancia transcendental durante el este año, siendo más necesario que nunca continuar afiatando los vínculos, ya que esto favorece a toda la comunidad educativa, pero principalmente, tiene beneficios para las y los estudiantes, quienes requieren todo el apoyo necesario para salir adelante en sus aprendizajes.
El trabajo colaborativo provee muchos otros beneficios para las niñas, niños y adolescentes, como, por ejemplo: aumenta el gusto por aprender, incrementa la motivación hacia el trabajo bien hecho, moviliza la creatividad, favorece el sentido de pertenencia hacia el Colegio y hacia su grupo curso, lo que los hace comprometerse más. Por otro lado, en los padres de los más pequeños, mejora la relación con sus hijos y la supervisión del desempeño escolar de ellos, aumentando su autoestima y el sentimiento de efectividad.
Para la Psicóloga del Ciclo de Educación Parvularia, Amanda Riedemann “Las Habilidades del Siglo XXI, colaboración y comunicación, son parte fundamental del desarrollo integral de niñas y niños. La comunicación, es una habilidad crucial para la interacción con nuestro entorno, para expresar nuestras ideas y sentimientos, para mostrar quiénes somos cómo personas, a la vez que nos permite comprender el mundo del otro y sus vivencias. De igual manera, a través de la colaboración, se favorece el desarrollo de relaciones basadas en el compañerismo, la empatía y la solidaridad, cualidades necesarias para una vida en sociedad que realce la importancia del respeto hacia los demás” .
Para finalizar, y en el contexto en el cual el Retorno Escolar 2021 ha alcanzado la experiencia de tres semanas de clases híbridas, la evaluación del trabajo de estas dos habilidades, será una tarea a realizar a fin de conocer como se ha articulado y desarrollado este nuevo escenario de la Educación.
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