Enseñanza, aprendizaje y evaluación constituyen, entre sí, una relación y procesos complejos en tiempos normales. Indudablemente, esta relación y procesos adquieren muchísima más complejidad en los tiempos que corren, y en consecuencia, evaluar los aprendizajes como si todo hubiera sido normal, no parece sensato.
En un contexto inédito, diferente y excepcional en el que se han situado las oportunidades para la enseñanza y el aprendizaje a distancia de nuestro Colegio a causa de la pandemia, se corresponde, entonces, un proceso de evaluación diferente. Enseñanza, aprendizaje y evaluación, sin duda, se han vuelto un reto mayor y una oportunidad propicia para los docentes, estudiantes y apoderados para poner el acento, de una vez por todas –ojalá– en el aprendizaje de las y los estudiantes y los procesos que entraña, moviliza y significa esta experiencia en los aprendices, educadores y familias.
Para hacer frente al desafío educativo que ha implicado la pandemia, el Colegio ha diseñado un plan curricular que considera pilares fundamentales como, por ejemplo, planes de estudio a distancia, priorización curricular, acompañamiento a los estudiantes y entre ellos, una aproximación a los procesos evaluativos, potenciando más aún –acorde a lo declarado en nuestro Proyecto educativo– la evaluación al servicio del aprendizaje.
Nuestro marco considera que toda evaluación debe estar al servicio del aprendizaje, pues lo que importa es que el estudiante reconozca y dé cuenta de aquello que ha aprendido, favoreciendo, desde el Colegio, que se trate de un proceso amable, específico y honesto. Para ello, debe contar con variadas y diversas oportunidades para mostrar el mejor desempeño, el que está alineado con las metas de aprendizaje. Asimismo, la evaluación debe proveer suficiente y detallada información para tomar decisiones al docente, pero sobre todo al estudiante. En este contexto, la retroalimentación es un elemento central pues facilita al estudiante comprender sus logros, desafíos e iluminar las decisiones para avanzar.
En estos meses, nuestro plan reconoce dos propósitos para la evaluación. Por un lado, cumple un propósito formativo cuando se utiliza para monitorear, alentar y acompañar el aprendizaje de los estudiantes. Es decir, cuando la evidencia de su desempeño se obtiene, interpreta y usa por docentes y estudiantes para tomar decisiones acerca de los siguientes pasos para avanzar en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por otro lado, la evaluación cumple un propósito sumativo cuando entrega información acerca de hasta qué punto los estudiantes lograron determinados objetivos de aprendizaje luego de un determinado proceso de enseñanza-aprendizaje que aspiró a ser integral, relevante, gratificante y estimulante para la o el estudiante. Se utiliza para certificar aprendizajes logrados, comunicándose, mediante un concepto o calificación.
Como es de su conocimiento mediante el documento por nivel Consolidación de Aprendizajes N°2, el Colegio ha definido, para las próximas semanas, un segundo tiempo de evaluación con propósito sumativo al servicio del aprendizaje. Esta segunda consolidación de aprendizajes, al igual que la anterior, tiene una lógica progresiva (cada paso está al servicio de un mejor y mayor aprendizaje así como posibilite un mejoramiento continuo del nivel de desempeño) y foco en la retroalimentación continua. De esta manera y fruto de este proceso, esperamos que al final de este Primer Semestre 2020 lleguemos juntos a construir una calificación [nota] por asignatura desde 4° Básico a IV ° Año de Educación Media.
Deja un comentario